Hola, soy Israel, informático de profesión y superviviente del estrés por afición.
Si estás en este mundo tecnológico, sabrás que ser informático no es una profesión, es un deporte extremo. Y no, no tenemos una cinta negra en «configuración de impresoras» ni hacemos magia oscura con los servidores. Pero ¿qué hacemos cuando el estrés nos supera? Aquí te cuento mi experiencia entre risas y lágrimas (más lágrimas, para qué engañarnos) con algunos consejillos que funcionan de verdad.
1. El estrés es como el WiFi del cliente: siempre está ahí, pero nunca funciona bien
El estrés tiene mala fama, pero en pequeñas dosis puede ser el café que no te hace daño a la salud. Por ejemplo, esa prisa loca porque el servidor de tu cliente ha decidido convertirse en un ladrillo minutos antes de su presentación estrella. Ahí es cuando el estrés te activa el «modo ninja». Eso sí, si este estrés dura días, semanas o meses… bueno, se convierte en tu jefe tóxico personal.
Mi consejo:
Reconoce las señales de estrés crónico. Si te sientes como un PC con 2GB de RAM corriendo Chrome con 20 pestañas abiertas, es hora de reiniciar (tu vida, no el servidor… bueno, a veces también el servidor).
2. Dormir no es opcional: no eres un bot
A ver, lo sé, parece un chiste. Entre atender al cliente que te llama a las 3 de la mañana porque «no se abre el Excel» y ese proyecto que «era para ayer», el sueño parece más una leyenda urbana. Pero dormir es crucial. Si no lo haces, tu cuerpo te lo hará saber con sudores fríos, migrañas y una tolerancia cero a los usuarios que «no saben qué hicieron, pero todo dejó de funcionar».
Truco nivel IT:
- Apunta a 7-8 horas de sueño. Si no puedes, mínimo no pongas el móvil bajo la almohada como yo hacía, porque te despiertas pensando que es la sirena del servidor caído.
3. Come bien, no sólo lo que entregan los riders
Sé que lo tuyo es pedir pizza mientras ves cómo los logs del sistema muestran errores que ni Google entiende, pero alimentarse a base de «comida rápida y desesperación» no es sostenible. Una dieta equilibrada te hace más resistente al estrés. Y ojo, no digo que dejes la pizza (¿acaso soy un monstruo?), pero mete alguna ensalada de vez en cuando.
4. Saca tiempo para reírte, incluso de tus desgracias
Confiesa: ¿cuántas veces has querido tirar el portátil por la ventana? O mejor aún, a algún cliente. Bromas aparte, reírte de estas situaciones es terapéutico. Hace poco, un cliente me pidió «reiniciar Internet». Me reí tanto que se me olvidó que estaba a punto de explotar.
Terapia express:
Encuentra algo que te haga feliz fuera del trabajo. Ver memes, jugar videojuegos o simplemente disfrutar de que el viernes por fin desconectaste sin recibir un correo de «urgente» en rojo.
5. Ejercicio: no sólo para usuarios de Apple Watch
El ejercicio no es sólo para los que quieren salir bien en Instagram. Un par de sentadillas o un paseo rápido entre configuraciones de redes puede ser justo lo que necesitas para liberar endorfinas y reducir el cortisol, ese villano hormonal que el estrés activa como si fuera un ataque DDoS a tu sistema nervioso.
Realidad para informáticos ocupados:
No hace falta que te apuntes al gimnasio más caro. Haz algo sencillo y que te guste. Incluso perseguir al perro del vecino cuenta como cardio.
6. ¿Meditación? Sí, aunque suene a app hipster
Vale, sé que ahora estás pensando: «¿Meditación? ¿Qué sigue? ¿Cristales energéticos en la oficina?». Pero escucha, no hace falta que te conviertas en un monje tibetano. Algo tan simple como la técnica de respiración 4-7-8 (inhalas 4 segundos, aguantas 7, exhalas 8) puede calmar tus nervios cuando el jefe te grita porque «el programa no funciona y no sabe por qué, pero es tu culpa».
7. No todo se soluciona con código: habla con alguien
Somos expertos en diagnosticar problemas de hardware y software, pero cuando se trata de emociones, es como si estuvieras delante de un error 404: emociones no encontradas. Hablar con alguien, ya sea un amigo, pareja o terapeuta, puede ser el parche que necesitas en tu sistema emocional.
Pro tip:
No necesitas soluciones mágicas, sólo alguien que te escuche. A veces, decir «me siento como un servidor que se cuelga cada dos horas» ya alivia la carga.
8. Y por favor, no uses el alcohol como debugger
Una cerveza después del trabajo está bien (somos humanos, no máquinas), pero si cada día termina en «modo pub», estás metiendo más errores en el sistema. Recuerda: el alcohol no elimina el estrés, sólo lo esconde bajo capas de resaca.
Reflexión final de un informático quemado pero feliz
Ser informático es como ser el superhéroe menos valorado: apagas fuegos digitales y no llevas capa. Pero como en todo, si no te cuidas, acabas convirtiéndote en tu propio villano. Así que ríe, respira y, sobre todo, no olvides que la vida es más que apagar errores en sistemas ajenos.
Eso sí, si alguien vuelve a pedirte «reiniciar Internet», llámame, que quiero ver cómo lo haces. 😉