Cambiar el router de casa puede sonar tan complicado como desactivar una bomba en una peli de acción, pero con esta guía lo harás con la misma calma que un domingo en pijama. Vamos al lío:
1. Antes de empezar: ¿Por qué quieres cambiarlo?
Es importante tener claro por qué necesitas un cambio. ¿Tu WiFi va más lento que una caravana en hora punta? ¿O necesitas un router más moderno porque el actual parece una reliquia?
💡 Ejemplo práctico: Imagínate que estás en mitad de una partida online y justo te cuelgas. Mientras maldices tu mala suerte, te das cuenta de que el problema no eres tú, ¡es el router! Es el momento de jubilarlo.
2. Elige el router que realmente necesitas
No, no se trata de comprar el más caro del mercado, sino uno que se adapte a tu casa y a tus necesidades.
- ¿Vives en un piso pequeño? Un router normalito te vale.
- ¿Casa grande con paredes de plomo? Mira routers con tecnología mesh o amplificadores.
- ¿Eres un friki del streaming o gamer? Busca uno con WiFi 6 o MU-MIMO (que permite varios dispositivos sin atascarse).
💡 Ejemplo práctico: Piensa que el router es como el camarero de un bar. Si tiene pocos clientes (tu familia y tú), uno sencillo hace el trabajo. Pero si tienes una casa llena de amigos conectados, necesitas un camarero ágil y multitarea (un buen router).
3. Prepara el terreno: Lo que necesitas antes del cambio
Aquí es donde la mayoría mete la pata. Ten a mano:
- Usuario y contraseña de tu conexión a Internet. Esto lo tienes en los datos que te mandó tu operadora.
- Un destornillador si el router viejo está anclado como si guardara un tesoro.
- Cables Ethernet. Los de siempre, pero revisa que estén bien.
💡 Ejemplo práctico: Es como montar un mueble de IKEA: no puedes empezar si no tienes las herramientas y las instrucciones.
4. Desconecta el router viejo
Primero apágalo y después desconecta todos los cables con cuidado. No tires a lo bruto, que no estás arrancando malas hierbas.
💡 Pro tip: Haz una foto antes de quitar los cables. Así sabrás dónde iba cada uno, por si acaso te quedas con cara de “¿y ahora qué?”.
5. Conecta el nuevo router
Sigue estos pasos:
- Conecta el cable de la corriente.
- Enchufa el cable del proveedor de Internet (normalmente el que viene del módem o la roseta).
- Configura el WiFi desde el ordenador o el móvil. Normalmente, la dirección para acceder es algo como 192.168.1.1 (viene en las instrucciones del router).
💡 Ejemplo práctico: Imagina que acabas de comprar un coche nuevo. Tienes que ajustar los espejos, el asiento y encenderlo. Pues con el router es igual: primero conecta y luego ajusta los detalles.
6. Pon un nombre y contraseña decentes
Es tu momento de brillar. Nada de “WiFi123” o “Movistar789”. Sé creativo:
- Nombre épico: “Casa Stark WiFi” o “LANister Siempre Paga”.
- Contraseña segura: Mezcla mayúsculas, números y símbolos: “C4saSt4rk2025!”.
💡 Ejemplo práctico: Es como ponerle nombre a tu perro. Hazlo único y que no lo confunda con otros.
7. Comprueba que todo funciona
Haz un test de velocidad (Google te lo pone fácil con “Test de velocidad” en el buscador). Asegúrate de que llega la conexión a las zonas clave de tu casa.
💡 Ejemplo práctico: Si el WiFi no llega al baño, ¿de qué sirve? Asegúrate de que puedes ver memes mientras estás en tu trono.
8. ¿Y qué haces con el router viejo?
No lo tires. Recíclalo, úsalo como repetidor o guárdalo por si tienes que devolverlo a tu operador.
¡Y listo! Has cambiado el router y te has convertido en el gurú tecnológico de tu casa. Ahora, disfruta de tu WiFi como se merece: sin cortes y a toda velocidad. 🚀
