Un cliente contento deja una reseña en tu ficha de Google.
Cinco estrellas. Palabras bien elegidas. Una descripción detallada de su experiencia.
Vamos, que casi te da ganas de imprimirla y enmarcarla.
Pero… ¡sorpresa!
Google decide que no es digna de ver la luz. La esconde. La entierra. Como si nunca hubiera existido.
¿Por qué?
Porque Google filtra reseñas como un antivirus paranoico.
Uno de los motivos más comunes es que la reseña haya sido escrita desde muy lejos.
Según su lógica, tus clientes solo pueden estar a un máximo de dos horas en coche de tu negocio. Si alguien deja una opinión desde otra ciudad o país, Google sospecha y la manda al limbo digital.
Otras veces, el sistema se pone exquisito con ciertas palabras y decide que ese texto tan bienintencionado parece spam.
En resumen: tu cliente feliz habla bien de ti y Google le pone un bozal.
Cómo recuperar una reseña desaparecida
Si te ha pasado, tranquilo. Aquí tienes un truco que funciona mejor que reiniciar un ordenador con problemas:
1️⃣ Pide al cliente que borre la reseña. (Sí, un paso atrás para avanzar dos).
2️⃣ Que busque tu negocio en Google.
3️⃣ Que haga clic en el botón de llamar y hable contigo un minuto. (No hace falta que filosoféis sobre la vida, con un simple “Hola, llamaba porque…” es suficiente).
4️⃣ Que vuelva a escribir la reseña.
🎩✨ ¿El resultado?
Aparece al instante.
Google, satisfecho con la interacción real entre cliente y negocio, decide que ahora sí es una opinión válida.
Moral de la historia
Si Google juega al escondite con tus reseñas, ahora tienes una forma de ganar la partida.
Y si aún no has empezado a cuidar tu reputación online, este es el momento de hacerlo. Porque una reseña bien gestionada puede traerte más clientes que mil anuncios.